Atados por secretos y sombras

Capítulo 1

**Título: Siete años de matrimonio: La ilusión de un sustituto**

*En un mundo donde el amor está enredado con el destino, dos hombres descubren el verdadero significado de su vínculo mientras se enfrentan a las sombras de sus pasados.*

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**Perspectiva de Landon:**

Landon siempre creyó que era suficiente con ser tratado como un sustituto de la difunta "Luz de Luna Blanca", su esposa. Después de siete años de matrimonio, no podía imaginar la impactante verdad: White Moonlight estaba viva, y ahora, un reloj marcaba la cuenta atrás para su inevitable reencuentro.

Su mujer, Sebastian, tuvo la osadía de enfrentarse abiertamente a él. Exigía la ayuda de Landon para superar una fase hormonal tras el regreso de Luz de Luna Blanca; su razonamiento era que, una vez marcado, uno nunca podía librarse de su Alfa. Aquí estaba él, atrapado entre el amor y el deber, sintiéndose más como un peón en su juego que como un verdadero compañero.

En apariencia, aceptó ayudar, pero en su fuero interno, Landon tramó tres maneras de proteger su corazón.

1. 1. Encontrar primero a White Moonlight y eliminarlo.

2. Usa la amnesia para borrar la memoria de Sebastian sobre él.

3. 3. Viajar en el tiempo hasta cuando eran niños y criar a una versión más joven de Sebastian mientras se enfrenta a White Moonlight de una vez por todas.

Sí, has oído bien. Descubrió que podía viajar al pasado cada noche.

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**Perspectiva de Sebastian:**

Cada año de su infancia, Sebastian se encontraba con un hombre llamativo durante unas fugaces cuarenta horas. El hombre le enseñaba, planeaba su futuro y le proporcionaba todo lo que necesitaba, pero a cambio, Sebastian tenía la tarea de encontrar a alguien llamado 'Sebastian'.

Con el tiempo, se arrepintió del trato. Años después, había ocupado el lugar de esa persona, viviendo una vida llena de amor con Landon. Sin embargo, en su séptimo aniversario, White Moonlight resurgió. Ahora, Sebastian tenía dos estrategias propias:

1. Encontrar y matar a White Moonlight primero.

2. Utiliza la manipulación emocional para recuperar su posición.

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**Una pequeña escena:**

Sebastian: "Un cien por cien de compatibilidad viene con una marca de por vida que no se puede borrar. Si quiero liberarme de la dependencia del Alfa, parece que no tengo más remedio que destruir esa glándula."

*Landon no podía creerlo.* Se sintió amenazado. Sebastian quería seguir utilizándolo como herramienta, en cuanto reapareciera esa maldita Luz de Luna Blanca. ¿Cómo se había convertido en parte de su juego? No había forma de que consintiera esto.

*Sebastián, mientras tanto, pensaba para sí mismo: *Si te pierdo, no sobreviviré. Aún así, ¿elegirías a Luz de Luna Blanca antes que a mí?

*Landon apretó los puños con frustración, apretó los dientes y contestó: *'Bien, lo entiendo'.

*Interiormente, gritaba: *¡Esto es exasperante! Te estás aprovechando del hecho de que te quiero. No dejaré que lo consigas; es hora de acabar con esa maldita Luz de Luna Blanca.

*Sebastián se inquietó, *Debe pensar que soy una carga, interponiéndome en su reencuentro con Luz de Luna Blanca. ¡Maldita sea, yo mismo me encargaré de Luz de Luna Blanca!
*Y en algún otro lugar de la extensión del tiempo, Luz de Luna Blanca existía sin siquiera saberlo.*

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*Location: Torre del Ejecutor, Distrito Central*

'Lord Landon, ¿viene a recoger al Ejecutor Gerald al trabajo? Hoy llegas temprano", comentó un miembro del personal.

Si, solo un poco', respondio Landon, forzando una risa. He oido que alguien estaba acosando a mi querido Ejecutor Gerald, asi que pense en ir a ver como estaba'.

El personal se quedó boquiabierto. ¿Quién se atrevería a meterse con esa amenaza?

Desde que el ejecutor Gerald había asumido su cargo, la Torre se había convertido en su único dominio. Los que se le oponían no sólo perdían su trabajo; muchos eran exiliados a alguna tierra desolada, para no volver a ser vistos jamás.

Supongo que tienes un grueso filtro para tu ejecutor Gerald", se rió un empleado, cargado de pasteles, mientras se dirigían a la Cámara de los Registros.

De repente, dos figuras aparecieron por la esquina: Eldrin, vestido de blanco impoluto, caminaba con decisión, sus largas piernas se movían con rapidez, mientras su nervioso compañero Baldwin se apresuraba a su lado, intentando comunicar algo urgente.

Eldrin lo fulminó con la mirada, respondiendo con rápidas réplicas que sólo parecían aumentar la angustia de Balduino.

Desde lejos, parecían una tormenta en una taza de té.

Sin embargo, cuando la mirada de Eldrin se cruzó con la de Landon, su expresión se suavizó ligeramente.

Landon se abalanzó sobre él y lo abrazó, notando la fatiga grabada en el rostro de Eldrin. ¿Te lo han vuelto a hacer pasar mal?

Miró a Baldwin, que parecía a punto de desmoronarse bajo presión.

La insinuación era clara: *¿Crees que puedes intimidar a mi compañero?

Los miembros del personal que estaban mirando susurraban entre sí, horrorizados ante la escena. Cualquiera podía ver quién estaba luchando de verdad.

Con una suave carcajada, Sebastian aseguró: "No pasa nada, puedo manejarlo".

Caminando uno al lado del otro por el pasillo, Landon parecía todo un hombre de negocios con su traje a medida y sus relucientes accesorios, mientras que Sebastian, con su uniforme blanco y el pelo plateado recogido, parecía una figura etérea de un reino diferente. Era como si pertenecieran a mundos completamente distintos, pero compartieran un vínculo inquebrantable.

Al entrar en la Cámara de los Registros, Landon le entregó a Sebastian un pequeño pastel. "Pensé que te vendría bien; lo he cogido de camino".

Sebastian hizo una pausa momentanea, "Gracias".

Landon se inclino, apoyando su frente contra la de Sebastian, tocando cariñosamente sus narices. "Sabes que quiero algo más que un gracias.

Sebastian abrio la boca como para responder, pero no le salieron las palabras. Landon giro rapidamente la conversacion, tratando de aligerar el ambiente.

"¿De verdad no necesitas mi ayuda?", preguntó.

Sebastian negó con la cabeza. Puedo arreglármelas".

Landon lo estudio, sus ojos color avellana, profundos y suaves, desprovistos de cualquier arrogancia alfa, pero inundados de una tristeza abrumadora.

Habían pasado siete años y habían construido una vida juntos, rodeados de recuerdos de su amor y su compromiso, pero el espectro de un pasado del que ambos esperaban escapar se cernía cada vez más grande.
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Capítulo 2

En el reino de la Red Estelar, Landon y Sebastian eran conocidos por su afecto, un espectáculo disfrutado por muchos. Sin embargo, en el fondo, Landon comprendía que nunca había entrado de verdad en el corazón de Sebastian.

Cada vez que Landon proclamaba su amor públicamente, una oleada de vergüenza le invadía. Sentía que cuanto más anhelaba el afecto genuino de Sebastian, más necesitaba demostrárselo al mundo. Por suerte, Sebastian, con su naturaleza bondadosa, siempre le seguia el juego a Landon.

Su coche se detuvo frente a una floristería que frecuentaban de camino a casa. Girando la cabeza, Landon dejo que el suave resplandor de la tienda iluminara la cara cansada de Sebastian. Se dio cuenta de que Sebastian se inclinaba ligeramente, cerrando los ojos en silencio. La severidad habitual de su expresion se desvanecio, revelando una vulnerabilidad infantil.

Tal vez fuera el favoritismo que Sebastian había mostrado a lo largo de los años, o simplemente un intento desesperado de aferrarse a algo tan frágil como la esperanza -como un hombre que se ahoga aferrándose a una última gota-, Landon se sentó en la oscuridad, sintiendo el escalofrío de la incertidumbre tras sus ojos.

"Sebastian, hoy estás demasiado cansado. Dejemos las flores", susurró.

Las pestañas de Sebastian se agitaron y abrió los ojos. "Vamos a comprar flores. Espera aquí, vuelvo enseguida".

Mientras cogía su cinturón de seguridad, Landon se inclinó para desabrochárselo. En ese instante, la sonrisa de Landon vaciló pero rápidamente volvió a la normalidad. "Vayamos juntos".

Flora, la gentil florista de Omega, saludó a Sebastian a su entrada, entregándole un ramo de rosas azules escarchadas que había preparado antes. "Ejecutor Grant, que su suerte brille y que su matrimonio florezca de felicidad", dijo con una sonrisa radiante.

Desde que se casaron, Sebastian se había propuesto encargar un ramo de flores a Flora todos los días, excepto cuando Landon estaba de viaje de negocios. Flora conocía los horarios de Sebastian como un reloj. Siempre que Landon salía, Sebastian encontraba la manera de dejarlo todo y seguirle, asegurándose de poder regalar una rosa azul escarchada a Landon cada día.

Landon recordaba vívidamente un domingo al principio de su matrimonio, cuando apenas llevaban tres meses. Habían disfrutado de la libertad de un fin de semana, trasnochando la noche anterior en un abandono temerario. Pero aquella mañana, un mensaje urgente de su madre alfa le obligó a correr hacia el Reino de las Sombras para reclamar los bienes robados por los Asaltantes Estelares.

Al ver a Sebastian profundamente dormido, Landon odiaba despertarle. Así que dejó una nota y partió. Apenas quince minutos antes de medianoche, Sebastian apareció ante él en su Mech, empapado de sudor, el pelo alborotado, la cara pálida y temblorosa.

Lo primero que hizo al ver a Landon fue arrojarle a los brazos una Rosa Azul Escarchada en flor, y luego chocó contra él, temblando sin control.

Landon sintió el calor de las lágrimas resbalando por su cuello.

Lloró.

En ese momento, Landon comprendió que nunca podría estar a la altura de aquel hombre.

Envolvió a Sebastian con sus brazos y murmuró una promesa: "A partir de ahora, te llevaré conmigo en mis viajes de negocios. Te lo contaré todo".
Cada palabra era como una nueva herida que se clavaba en su corazón.

Ese bastardo, el que había permitido que Sebastian creciera dependiente de él, ¿era la razón de esto? ¿Le intimidaba? ¿Lo manipuló? ¿Amenazó a Sebastian diciéndole que no recibiría flores si no se comportaba?

...

Sebastian tendio la rosa azul escarchada a Landon, que la acepto con una sonrisa, bajando la mirada para oler los delicados petalos. "Gracias, Sebastian. Me encanta".

Los labios de Sebastián se curvaron en una suave sonrisa, y se volvió para pagar con su muñequera.

Flora los observó, con un dejo de envidia evidente en sus ojos. "Hacéis una pareja encantadora".

"Por cierto, mañana me mudo. Si quiere flores, albacea Grant, tendrá que ir a otra tienda", añadió.

La mirada de Sebastian se agudizó y preguntó: "¿Tienes alguna dificultad?".

Esta preocupación provenía de su conocimiento de que los Alfa probablemente se resistirían al proyecto de Ley de Igualdad en cuya redacción había participado, lo que posiblemente les llevaría a acosar a los Omega.

Aunque había propuesto la Ley de Protección de los Omega para protegerlos, no había garantías de que todos los Alfa la acataran. La naturaleza humana a menudo se adentraba en un sentimiento de impunidad.

Flora sacudió la cabeza rápidamente: "No, no... sólo se trata de la ley que has promulgado hoy. Voy a volver a la escuela para mejorar mis cualificaciones. Después pienso trabajar en la Fundación Landon".

Al inicio de la ley, la Fundación Landon había declarado con entusiasmo su intención de emplear a omegas excepcionales. Sin embargo, muchos omegas sólo habían recibido formación en cocina y arreglos florales. Necesitarían estudiar para cumplir los requisitos del puesto.

La Fundación Landon, después de todo, no era totalmente caritativa; tenían estándares que mantener.

A Sebastian se le levantó un poco el ánimo. "¡Qué bien! Buena suerte en tu viaje".

Después de despedirse de Flora, volvieron a casa. Landon se inclinó y depositó un beso en la frente de Sebastian. "Ve a refrescarte. Pronto tendré la cena lista para nosotros".

"¿Estás cocinando?" preguntó Sebastian.

"Sí", respondió Landon.

Aunque su asistente doméstico inteligente solía encargarse de las comidas, Landon sólo cocinaba cuando tenía tiempo los fines de semana. A Sebastián le encantaban los platos de Landon, afirmando que tenían cierta esencia casera.

Por desgracia, Landon nunca podía notar la diferencia entre su cocina y las recetas del asistente. Se preguntó si tal vez ésa era la esencia del idealismo.

La cena consistió en dos guarniciones y una sopa, una comida sencilla pero reconfortante.

Sebastian, normalmente reservado durante la cena, empezó a compartir sus pensamientos sobre diversos temas, rompiendo su silencio habitual. Landon participaba con sinceridad, feliz de ser un buen compañero de conversación. Sin embargo, a medida que avanzaba la comida, el humor de Sebastian se ensombrecía, la luz de sus ojos se apagaba hasta que ya no podía esbozar una sonrisa.

"Landon, ¿te sientes mal hoy?"

Tras una pausa, Sebastian indagó.

En lugar de responder directamente, Landon preguntó: "No vamos a comer juntos mañana, ¿verdad?".

El día antes de la conmemoración.

15 de diciembre-Día de luto de Sebastián por su Blanca Luz de Luna.


Capítulo 3

Ese día, Sebastián estuvo todo el día sentado ante la lápida del Hombre Rudo, con una rosa azul escarchada y una tarta de fresa preparadas cuidadosamente a su lado.

Habían pasado dieciséis años desde la muerte de aquel hombre, y este año se cumplía el séptimo de su matrimonio. Sebastian siguió adelante sin inmutarse por los elementos.

Landon recordó que en su segundo año de matrimonio, Ciudad Capital se enfrentó a una ola de frío sin precedentes. La temperatura descendió hasta los treinta grados bajo cero, con la nieve amontonada hasta la altura de las rodillas. Aun así, Sebastian se fue a trabajar temprano ese día.

En aquel momento, la nieve aún no había alcanzado cotas tan extremas; sólo era una ligera polvareda. Landon, preocupado por el frío, abrigó a Sebastian y le envolvió la mitad de la cara con una bufanda peluda. Luego se dirigió al trabajo.

Landon no era de los que dejaban pasar las cosas fácilmente. La idea de que su mujer homenajeara a su difunto novio le hizo echar humo, y se enfrascó en el trabajo para distraerse. No fue hasta que su colega Quentin le dio un codazo para ir a comer que volvió a la realidad, con una tristeza persistente en su corazón. Al mirar por la ventana, se dio cuenta de que el mundo exterior se había convertido en una vasta extensión blanca, con la nieve cayendo pesadamente como plumas de plumón.

Inevitablemente, le asaltaron pensamientos sobre Sebastian. Pensó que el ejecutor Grant era demasiado listo para seguir trabajando al aire libre con aquel tiempo tan gélido, pero entonces recordó que en su primer año de matrimonio, Sebastian -el excepcional ejecutor Grant- le había perseguido por media galaxia en un mech, sólo para entregarle una flor cada día. La incertidumbre persistía.

Repentinamente decidido, Landon se levantó de su asiento y se dirigió al exterior. El trayecto hasta el cementerio duró unos veinte minutos, y cuando llegó, encontró a Sebastian, casi enterrado en la nieve, sentado encima de la lápida.

Con su excepcional físico de Omega, Sebastian era impresionantemente resistente, pero seguía pareciendo delicado como cualquier otro Omega, su belleza de otro mundo refinada por su alto rango. La belleza de pelo plateado estaba sentada en un manto blanco, rodeada de lápidas cubiertas de nieve. La mayor parte de su rostro estaba oculta tras la esponjosa bufanda, salvo una parte que enrojecía por el frío. Sus ojos estaban fijos en Landon, vacíos y quietos, como una estatua tallada en la nieve.

Landon caminó hacia él a través de la nieve y sus pies dejaron un rastro de huellas en la nieve, que por lo demás estaba intacta. La nieve se asentaba en su pelo y en su cara a medida que se acercaba, uniéndose al creciente manto que rodeaba a Sebastian. Finalmente, Sebastian rompió el hielo con sus primeras palabras del día.

No deberías estar aquí.

Landon casi se tambalea de frustración.

Por suerte, Sebastian no insistía en quedarse indefinidamente en el frío invernal. De lo contrario, Landon habría dado rienda suelta a su rabia contenida.

Años más tarde, incluso si no se hubieran separado, su relación nunca habría florecido en la tierna armonía que tenía ahora.

La nieve era demasiado profunda, y aquel día, Landon acabó sacando a Sebastian del cementerio, con el cuerpo de su marido colgado a la espalda. Sebastian se mordió el cuello con fuerza, sintiendo un dolor agudo.
Dejó una huella duradera.

Sebastian murmuro algo, pero Landon, entumecido por el frio, no lo capto. Todo lo que sabía era que después, el comportamiento de Sebastian cambió.

Se volvió más ecuánime, menos malhumorado.

Landon se lo explicó a sí mismo como un testimonio de su relación, pensando que tal vez Sebastian por fin estaba dispuesto a aceptarle.

...

Por un momento, Sebastian se quedó ensimismado, con la tristeza de la voz de Landon resonando en su mente. Le golpeó profundamente, como si estuviera sumergido en las interminables profundidades del océano, sin poder respirar, simplemente esperando lo inevitable.

Había una razón para esa tristeza; cualquiera que hubiera sufrido una pérdida tan brutal desarrollaría sombras en su mente.

Por eso, Sebastian evitaba hablar de ello en presencia de Landon.

Sebastian deseaba consolarlo, pero vio que Landon habia vuelto a ser el de siempre, aunque ahora con una pizca de decepcion. La sola idea de que no podamos comer juntos mañana me pone muy triste. Ahora mismo ni siquiera tengo hambre'.

Sebastian soltó una risita. Prometió ir a comer con él al trabajo al día siguiente.

Ver que Landon se animaba era suficiente para él.

Después de cenar, Landon subió a ducharse. Cuando salió envuelto en un albornoz, encontró a Sebastian en el borde de la cama, distraídamente concentrado en su pantalla holográfica, frunciendo ligeramente el ceño, claramente disgustado.

Mientras Landon se secaba el pelo con la toalla, se acercó, dejando caer la toalla sin cuidado, y se arrodilló en la cama, empujando a Sebastian contra los cojines.

Sebastian dejo a un lado su dispositivo holografico y levanto la cabeza para besar a Landon.

Los dos compartieron un ritmo tácito, besándose con los ojos abiertos, mirándose a los ojos como si compitieran por ver quién podía ampliar más su mirada. La brillante luz de la habitación los iluminaba y podían ver el reflejo del otro en sus ojos.

En ese momento, una alegría perversa se apoderó de Landon.

Mírate, besando y abrazando a la persona que tienes delante. Soy yo, no él.

La emoción traicionera burbujeaba bajo la superficie, oculta a la percepción de su pareja. Tras un beso suave y cariñoso, lleno de ternura y seguridad, Landon rozó con un dedo la humedad de los labios de Sebastian. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?

El Ejecutor Grant, que parecia inalcanzable en su claridad a la luz del dia, le devolvio la mirada, con los ojos todavia brillantes de calidez. Sus labios estaban ligeramente entreabiertos, brillantes: "Ya me has ayudado mucho".

Landon le acunó la cara. Estamos casados, unidos de por vida. Lo que es mío es tuyo, siempre. No te contengas conmigo".

Por un momento, la expresion de Sebastian se detuvo. Siempre había sabido que las palabras de Landon no eran del todo fiables. Sin embargo, no pudo evitar dejarse ahogar en su comodidad.

Echó la cabeza hacia atrás y sonrió. "De acuerdo, te avisaré si necesito algo".

Pero Landon ya no era el mismo hombre orgulloso de antes. Después de siete años juntos, podía ver a través de los ojos de Sebastian, percibiendo los sentimientos no expresados.
Una sensación de indiferencia, un velo de distancia.

Con un sentimiento de retribución, Landon le abrazó, enterrando su cara en el cuello de Sebastian. Su pelo húmedo rozó sin querer la cálida piel de Sebastian, enviándole un escalofrío que le incomodó.

Sebastian, sin embargo, toleró la cariñosa maniobra.

Al cabo de un rato, Landon se separó, arropando a Sebastian con las mantas antes de ir a secarse el pelo.

Se durmieron envueltos en el calor del otro, una serenidad sin afectación los envolvía.

A la mañana siguiente, con las primeras luces, Sebastian se despertó mientras Landon seguía profundamente dormido. Uno de los brazos de Landon estaba bajo la cabeza de Sebastian, mientras que el otro le rodeaba la cintura, estrechandolo. El aire estaba impregnado de la suave calidez de un sol invernal, relajando cada latido del corazón de Sebastian.

Capítulo 4

Sebastian apartó con cuidado el brazo de Landon de su cintura, procurando no despertarle, y se dirigió al cuarto de baño contiguo para prepararse. Una vez lavado y vestido, caminó de puntillas por la alfombra de felpa de su dormitorio y se detuvo junto a la cama para plantar un suave beso en los labios de Landon.

Después de siete años separados, Sebastian seguía queriéndole profundamente.

Cada día me enamoro más de ti".

Una ligera nevada había caído durante la noche, y cuando Sebastian salió, todo estaba cubierto de escarcha blanca. No llevaba su elegante traje habitual, sino un pesado abrigo de plumas, un sombrero ceñido y una bufanda que le ocultaba parcialmente la cara para que no le reconocieran por la calle.

Dado el clima actual, Landon estaba justificadamente preocupado por la posibilidad de que un puñado de Alfas intentara hacer daño a Sebastian. No sólo le había asignado un guardaespaldas Beta equipado con armamento de alta gama, sino que también había desplegado un escuadrón de centinelas robóticos equipados con avanzados sistemas de armamento.

Sebastian valoraba su vida y aceptó estas medidas de protección sin dudarlo.

Cuando llegó al cementerio, lo encontró rodeado de seguridad.

Rápidamente localizó la lápida y colocó una Rosa Azul Escarchada en su base, sacando un cojín de su bolsillo para sentarse como si se reencontrara con un viejo amigo para recordar.

El rostro de la lápida guardaba un asombroso parecido con Landon, sonriendo brillante y radiante, una versión de Landon que Sebastian sabía que nunca volvería a ver.

En realidad, Sebastian sabia que no habia verdadera necesidad de llorar aqui; la persona que buscaba habia vuelto a el. Presentar sus respetos a una piedra sin vida no tenía ningún sentido.

El motivo de su visita había cambiado hacía tiempo.

Durante los dos primeros años después de su boda, había estado allí para desahogarse. Sebastian era una persona rencorosa; no se enfrentaba a Landon por el abismo que los separaba. En cambio, en los aniversarios, se sentaba en el cementerio, enumerando los defectos de Landon y contando los momentos que le causaban dolor, desde el amanecer hasta el anochecer.

Luego volvía a enfrentarse a la fachada de la sonrisa de Landon.

Más tarde, tal vez por alguna comprensión indescriptible, empezó a compartir los buenos recuerdos de Landon, contando todos los momentos maravillosos que habían pasado durante el último año. Con cada visita, se iba sintiéndose esperanzado sobre el futuro.

Luego volvía a casa, a la ilusión de la sonrisa de Landon.

Sebastian sacó de su bolsillo el pastel de chocolate favorito de Landon y saboreó cada bocado mientras relataba las virtudes de Landon durante el último año.

'Al principio, me preocupaba que si te resistías a esas reglas, yo me diera por vencido. Lo habría hecho, aunque me hubiera hecho daño'.

'Pero me apoyaste incondicionalmente, incluso cuando iba en contra de tus instintos. ¿Estás empezando a olvidar a ese imbécil y a quererme de verdad, Landon? Has dicho un total de trescientas cincuenta y seis veces este año que estamos enamorados y que siempre estaremos juntos'.

Era viernes, y Sebastian se había tomado el día libre temprano, mientras que Landon no. Normalmente, ese día estaría enterrado bajo el caos del trabajo.
Pero Landon había pasado la noche atormentado por pesadillas y, al despertar, era casi mediodía. Su corazón se hundió al abrir su dispositivo y encontrar más de veinte llamadas perdidas de Quentin. No había escuchado ninguna.

Landon pensó que tal vez no se había quedado dormido y se había desmayado.

Se frotó las sienes y se incorporó, todavía atormentado por los ecos de su pesadilla.

Soñó que Sebastian había muerto.

En el sueño, Sebastian ni siquiera le caía bien al principio. Se habían casado por compatibilidad genética, pero Sebastian se negó a simpatizar con él, dejando a Landon indiferente y distante. Durante los ciclos de celo de Sebastian, éste tomaba fármacos supresores devastadores, encerrándose en su habitación mientras Landon le veía sufrir en silencio.

A pesar de su perfecta compatibilidad genética, se comportaban como dos compañeros de piso sin parentesco, despreocupados por la situación del otro.

Cuando floreció el amor, ya era demasiado tarde; el cuerpo de Sebastian, devastado por las penurias y la supresión del pasado, sucumbió demasiado pronto a la muerte.

Cada vez que Landon recordaba el rostro pálido y sin vida de Sebastian en su sueño, le dolía el corazón.

Deseaba desesperadamente ver a Sebastian, urgentemente.

**Sustituto**

Landon activó su dispositivo, la pantalla azul parpadeó y marcó el número de Sebastian.

Cariño, ¡coge el teléfono! Cariño, ¡coge el teléfono! Cariño...

Landon habia grabado el mensaje, y justo cuando la cara de Sebastian aparecio en la pantalla, la puerta se abrio. Sebastian estaba allí, abrigado con ropa pesada.

Se quitó la bufanda, mostrando unos ojos cálidos y sonrientes, con un comportamiento claramente alegre. ¿Qué pasa?

En un instante, Landon se levanto de un salto, convirtiendose en un destello de luz antes de estar al lado de Sebastian, tocando suavemente su mejilla con el dedo.

Suave, cálido.

Tan diferente del sueño.

¿Estás bien? preguntó Sebastian, con el ceño fruncido por la preocupación.

Landon respondió: "Sólo comprobaba si estás bien abrigado. Tienes buen aspecto".

Sebastian se acurrucó contra el dedo de Landon, rozando suavemente sus mejillas. Todavía no me has dicho por qué llamaste.

Landon rió entre dientes, "¿No puedo simplemente querer hablar contigo?

Sebastian se apresuró a aclarar: "¡No me refería a eso!".

Landon le cogió de la mano, llevándole a la cama. Lo sé, sólo te estaba tomando el pelo. Me preocupaba que te hubieras olvidado de la promesa que me hiciste ayer".

Sebastian puso los ojos en blanco. Nunca lo olvidaria, nunca olvido las promesas que te hago".

Nunca olvido.

Sí, así que no olvidarás los compromisos que contrajiste con él, asegurándote firmemente de que esas promesas se cumplan a tu manera.

Landon sonrio mientras se inclinaba mas cerca de Sebastian, quien instintivamente separo los labios, y entonces...

Lo mordió juguetonamente.

La sonrisa de Sebastian empezó a desvanecerse.

La pequeña molestia malhumorada.

Capítulo 5

Después de cenar, Landon ayudó a Sebastian a ponerse la bufanda y el gorro, observando cómo subía al coche antes de volver a la oficina para gestionar algunos asuntos.

Quentin llevaba toda la mañana intentando ponerse en contacto con el director general, pero no lo conseguía. Se preguntaba si no lo habrían secuestrado, sobre todo después del incidente de anoche en la Torre del Ejecutor, que ya se había difundido por Star Network.

Landon miró a Quentin a los ojos y sonrió ligeramente. "He estado desbordado esta mañana. No he oído el comunicador".

Quentin respondió: "Me alegra saber que estás bien".

Landon permaneció en el despacho durante hora y media, cada vez más frustrado. Se dio cuenta de que ya no podía concentrarse en los informes y decidió darse por vencido.

Abrió un chat de grupo llamado "Starlit Sea".

【Master of the Global Network】: Vamos a tomar unas copas al Bar Nightshade.

【Fearsome Space Pirate】: ¡Suena bien! Yo llevaré al Dawnbringer. Asegúrate de abrirme la puerta trasera.

【Lovesick and Hopeless】: Aw, ¿tienes el corazón roto? No te preocupes, volaré para ser tu estratega.

【Fearsome Space Pirate】: Vamos, nuestro Landon no hace las cosas de enamorado. Ponte las pilas; mi mujer vio tu drama anoche y lleva llorando desde entonces. ¡Todavía tiene los ojos hinchados!

【The Grim Reaper Shoots Me A Glance】: Él es más que un desastre; tiene una obsesión por los cadáveres. Es horripilante.

【Lovesick and Hopeless】: ¿Cómo es eso un desastre? Piénsalo: la hermosa persona tendida ahí, pálida y silenciosa, sin aliento. El imbécil que lo lastimó está lleno de arrepentimiento ahora, indefenso en su abrazo. OMG, sólo imaginarlo hace que mi corazón se acelere en el buen sentido.

...

Desordenado. Nada atractivo.

Landon no podía deshacerse del recuerdo de aquel sueño y su humor empeoró. Apagó el comunicador y se dirigió al bar.

El bar Nightshade estaba situado en el Distrito Central, un establecimiento de alto nivel que abastecía a los poderosos e influyentes, conocido por su discreción en las cabinas privadas.

Landon llegó y ya se había tomado una pila de bebidas fuertes antes de que aparecieran los otros tres.

Siete años.

Se había pasado siete años intentando ayudar a Sebastian a olvidar a alguien de su pasado.

Landon se sentía agotado; no quería darse por vencido con Sebastian; solo tenía... el corazón roto.

Sabía que Sebastian le había dado todo lo que podía ofrecerle. Se habían profesado su amor en el centro de atención del mundo en una gran boda, prometiéndose para siempre. También se habían abrazado en medio de una noche estrellada, compartiendo sus pasiones.

Ocuparon la vida del otro sin dejar espacio para nadie más.

¿Qué otra cosa podían hacer? Ya estaban profundamente unidos, ferozmente entrelazados.

Sin embargo, seguía habiendo un fino velo entre ellos, algo espinoso que no se podía tocar ni agarrar, como un nudo en la garganta.

Los demás no podían verlo, pero los que estaban dentro no se atrevían a curiosear.

Lo único que podían hacer era mantener una distancia cortés, mientras los de fuera miraban con envidia.

Cuando llegaron los otros tres, Landon ya estaba achispado, desplomado en el mullido sofá individual, con la cabeza gacha y un aspecto bastante patético.
Alden, el descaradamente llamado "Lovesick and Hopeless" en el chat, era un popular guionista conocido por sus melodramáticas historias en Star Network. Aunque algunos espectadores creían que sus tramas no eran más que angustias sin sentido, siempre cosechaba un impresionante número de espectadores cada vez que se lanzaba una nueva serie.

Al ver a Landon así, Alden comprendió inmediatamente su confusión. Con una mirada compasiva, palmeó el hombro de Landon y le dio algunos consejos. Después de todos estos años, el llamado 'White Moonlight' bien podría haber sido enterrado hace mucho tiempo. Si no quieres que el albacea Grant siga presentando sus respetos, es fácil: desentierra la tumba y rompe la lápida. Entonces, en el aniversario, sólo le quedará llorar por ti, su sustituto".

El aire se silenció de inmediato y los otros dos amigos le miraron incrédulos, acusándole: "¡Estás loco!".

Alden se rió entre dientes y se bebió un trago. Dime si me equivoco".

Landon lanzó una mirada silenciosa al alegre Alden, con la voz ronca. Pero ese 'White Moonlight' podría no estar muerto".

Los rostros de todos palidecieron de asombro. Espera, la lápida lleva ahí años. No nos digas que está vivo".

Las lágrimas corrían por el rostro agresivo de Landon. 'Me niego a creer que se haya ido todos los años. He estado buscando el paradero de esa persona todo este tiempo, y mi gente descubrió hace poco que ha sido visto en un Reino de las Sombras. Puede que hayan localizado al objetivo y lo estén rastreando'.

El grupo se quedó sin habla.

Caleb entrecerró los ojos y susurró: "¿Qué es lo peor que podría pasar? Si ese 'Luz de Luna Blanca' lleva tanto tiempo muerto, que siga muriendo. Si os preocupa que Sebastian se entere, yo os ayudaré'.

El doctor Harper intervino: "¡Espera, esto es más loco que lo de Alden!".

Alden le rodeó con un brazo. No lo entiendes. En momentos como éste, hay que ser despiadado. De lo contrario, cuando Sebastian recupere ese 'White Moonlight', con su obsesión por esa figura, el pobre Landon, el suplente, se quedará sollozando el resto de su vida'.

Alden sacudió la cabeza como si imaginara el desdichado futuro de Landon desamparado.

El doctor Harper protestó: "¿Por qué todo el mundo es tan negativo? ¿No puede ser que Sebastian finalmente se dé cuenta de que sus sentimientos por la 'Luz de Luna Blanca' nunca fueron amor, y que su verdadero amor está aquí contigo?

La mente de Landon se inundó de recuerdos de los persistentes gestos de Sebastian que recordaban a la 'Luz de Luna Blanca', las promesas que hicieron y los hábitos que inconscientemente habían formado juntos, cada uno invadiendo silenciosamente su vida cotidiana.

La presencia de esa persona era tan poderosa que ahora era difícil distinguir qué hábitos le pertenecían y cuáles Sebastian había asumido que había heredado de 'White Moonlight'.

Siete años bastaban para transformar a cualquiera.

Era irrisorio que, por muy convincente que fuera un doble, nunca se compararía con el original.

Landon se burló, con ironía. ¿Un mero doble y, sin embargo, persiguiendo tontamente el amor verdadero? Qué ridículo".


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